Por cuestiones de fuerza mayor, me encontré revisando cuadernos de mis cursadas de Letras, hace más de 10 años atrás. Entre las muchas cosas que encontré, me tope con esta página de notas personales, que me puso muy contento el haber releido:
¿Hay chances de armar una gramática formal ad-hoc, en tiempo real, por discurso?
Sería más bien una tecnología del discurso, como producto grágico/material de una serie de procesos analíticos.
Analizar sintácticamente con múltiples modelos y generar graduaciones relacionales entre planos autónomos de análisis; cada modelo, un plano.
Este resultado sería estructural siempre, y único en cada discurso.
Permitiría abarcar la variabilidad del lenguaje.
Hay, por ejemplo, condiciones funcionales, jerarquías estructurales, efectos posibles, prototipicidades, leyes de-facto, etc; todos esos son elementos de la unidad mínima del significado.
La unidad es compleja; relacional, multidimensional, funcional, y contingente.
Esta unidad sería objeto condicional de diferentes procesos.
No quiero buscar normalidad; necesito trabajar lo posible.
Ojo al efecto de ver “así algo”; se entiende “algo así” aún antes de leerlo. Se reconocen formas grupales.
Adecuación de la gramática al sujeto, y no al revés.
La unidad no se ubica: se construye. No es un investigador, sino un constructor de efectos. La condición es el efecto.